¿Somos puro ADN o bolas de plastilina?


Siempre he pensado que el ser humano nace y se hace, ambas cosas.

Hace tiempo que quería escribir una entrada sobre ello, incluso tenía guardada una profunda conversación de msn sobre dicha temática que me ha servido de inspiración para la entrada, pero lo que me ha hecho ponerme a ello ha sido algo bastante absurdo: el capítulo de Pepito Grillo, de la serie "Érase una vez". En cierto modo, y sólo en cierto modo, me siento identificada con ese hombre/grillo.

He aquí la reflexión:

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Pienso que los que creen que el ser humano sólo nace o sólo se hace son unos extremistas. Aunque en tal caso, casi todo el mundo lo es, ya que, la mayoría, suele tener cierta obstinación en que se nace o se hace. Poca gente considera que no tiene que ser blanco o negro, sino que puede ser gris.

Por ejemplo, hace poco oí a alguien decir que la maldad se hace... Yo pienso que se hace, pero que hay que tener cierto grado de predisposición. No creo que todas las personas seamos capaces de traspasar los mismos límites, ni siquiera dadas unas experiencias vitales idénticas desde el nacimiento, porque cada persona tiene un temperamento diferente y una propensión diferente a unas u otras actitudes, sea por la morfología del cerebro o por lo que sea.

Creo que una parte de la conciencia puede ser instintiva (entrada relacionada AQUÍ), aunque haya muchas connotaciones culturales que influyan en la misma.

Hay muchas cosas que yo veo mal o bien desde pequeña, y no precisamente porque me hayan convencido de ello mis padres o mi entorno. Hay gente con escrúpulos y gente sin escrúpulos, aunque también influyan muchísimo las experiencias.

Pienso que las personas se forjan, pero tienen una materia prima inicial, y que esa materia no es idéntica en una persona y en otra.

Los bebés tienen diferente carácter. Cada uno es más propenso a unas u otras actitudes desde el momento en el que nacen. Y es cierto que el entorno los cambia, pero nacen ya con algo que es genético, pero que se va moldeando con las diferentes vivencias.

Lo que quiero decir es que los estímulos nos afectan a TODOS, y nos hacen cambiar, PERO no todos reaccionamos idénticamente igual ante dichos estímulos.

Mirándolo de manera neurobiológica, es imposible dos cerebros idénticos y con la misma actividad cerebral. Al igual que no hay dos caras iguales, no hay dos cerebros iguales (salvo gemelos univitelinos, que son como clones). Si no hay dos cerebros iguales, y todos nuestros actos, voluntarios e involuntarios, los gestiona el cerebro, no hay dos personas iguales desde que nacen, aunque luego las experiencias los forjen, pero de por sí, desde el principio, son diferentes.

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